La sociedad de la información, a veces de la desinformación, nos permite acceder a muchos contenidos, ideas, sugerencias, experiencias, etc. que de otra forma solo conocíamos al llegar a un destino, y nos imaginábamos al ver un folleto o revista que solo unas pocas personas elaboraban y nos hacían llegar. Esos folletos, básicos, hasta hace poco para sugerirnos el lugar ideal donde viajar y disponer de nuestro tiempo libre eran la única fuente de información, una información unidireccional. Nuestra experiencia quedaba para nosotros, y todo lo más nuestro círculo de amigos, al que le recomendábamos o advertíamos en contra o a favor de un determinado destino o servicio.
Pero en la actualidad una persona que no conozco y que no conoceré, puede influir en la decisión a la hora de elegir el destino. Y no una… cientos. Y lo que me muestre ese destino o esa empresa a través de esa comunicación, ya bidireccional, o multidireccional, mejor dicho, podrá ser también un elemento decisivo a la hora de decidir el destino. Ya los folletos o los catálogos no son la principal vía de elección. O nos acostumbramos a esto, y nos adaptamos de una forma a veces vertiginosa a todos los cambios que se suceden en este ámbito, o nos quedaremos atrás, nos quedamos obsoletos.
Pero no se trata de comunicar sin más, este es el riesgo de las redes sociales y páginas web. Si para editar un folleto había que tener una idea clara de qué se pretende mostrar, y una estrategia empresarial y de marketing… aquí estamos multiplicando la necesidad de cuidar los mensajes, la forma y contenido, las respuestas… y la estrategia, más que nunca, se hace elemento imprescindible de la política empresarial. No sirve mirar para otro lado, nadie va a vender por nosotros. Toda persona es ya influyente e influenciable por las redes sociales. No se puede controlar todo lo que se dice, pero sí hay que saber enfrentarse a ello.
En las cinco etapas de un viaje, soñar o inspirarse, informarse y planear, reservar o comprar, viajar, y por último compartir la experiencia, las redes sociales y las nuevas tecnologías influyen en un gran porcentaje del proceso. No solo en configurar el éxito de un destino turístico sino muy especialmente en mantenerlo. Los antiguos folletos, en menor medida, solo en las primeras. Todo era más controlable. Pero también ofrecía menos oportunidades a aquellos pequeños destinos o establecimientos que no podían disponer de las estrategias de venta de los grandes. Estas nuevas formas de sugerir, de hacer desear un destino, de hacer partícipe a los otros de la experiencia vivida, son una oportunidad para destinos como Conil, que se basa muchísimo en la satisfacción de la experiencia vivida por los que deciden visitarnos, y que pensemos que en un 70 por ciento lo hacen en más de una ocasión, vuelven. Tenemos que aprovecharlo, y para eso hay que saber hacerlo. Tener claro nuestros objetivos a la hora de establecer una estrategia de comunicación, y cómo hacerlos valer en un mundo dominado por miles, millones de mensajes. No valen ensayos, porque los peligros de hacerlo mal también son mucho más amplios que el error en un folleto publicitario.
Cuidar la satisfacción del turista, por último, tanto por parte de los establecimientos turísticos como del propio Ayuntamiento, del destino turístico, se convierte, junto a la estrategia de comunicación, o incluso como parte de ella, en un elemento básico para nuestro futuro. El turista vivirá aquí su experiencia, entre nosotros/as. Pero como comenté antes, su experiencia será compartida no solo por su entorno, sino por miles de personas a través de páginas webs, redes, páginas de opinión… entra en juego la tan nombrada reputación online. Que por si sola puede acabar con la pujanza de un destino, y de la que hace bien poco no habíamos oído ni hablar. Aquí sabemos muy bien lo que es, por fortuna y por un gran trabajo de muchos, de forma positiva. Esa reputación online nos ha situado entre los tres destinos de costa más valorados en los últimos años, según Trivago, al que sin duda nombrarán hoy, y entre los 100 destinos del mundo más recomendados para 2015. No hay campaña unidireccional, clásica, que pueda conseguir este impacto. Y tenemos que ser conscientes de la importancia de cada pieza para conseguirlo, la reputación online se ha vuelto en contra de muchos destinos en estos últimos años. Para el nuestro se ha convertido en un aliado. Pero cada pieza cuenta, no lo olvidemos.
Quiero agradecer la oportunidad que nos brinda la Fundación Andalucía Emprende, el CADE ( Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial), y por supuesto, empresarios y empresarias, y trabajadores y trabajadoras de Conil que hayan entendido esto y estén dispuestos a formarse con grandes expertos en el tema, para entre todos seguir avanzando en lo que creemos, nuestro destino turístico.
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