Hoy 28 de Febrero, nos volvemos a reunir los conileños y conileñas para celebrar, conmemorar y seguir reivindicando el DIA de ANDALUCIA. Conmemoramos hoy, de nuevo, una gesta del pueblo andaluz que marcó su trayectoria. En la figura de Blas Infante, Padre de la Patria Andaluza, se identifica el tesón y el coraje del pueblo andaluz que con paso firme y decidido consiguió, no sin esfuerzo, que Andalucía tuviera las mismas cotas de autogobierno que otros pueblos de España. Un autogobierno y una identidad incluyente y no excluyente, como dice nuestro himno: “SEA POR ANDALUCIA LIBRE, ESPAÑA Y LA HUMANIDAD”. Porque la visión generosa del pueblo andaluz no concibe su desarrollo, su progreso, sino es con el desarrollo y el progreso de toda la sociedad, de todos los pueblos. Por ese motivo es injusto que algunos dirigentes traten con menosprecio a nuestro pueblo y a nuestro autogobierno. Para el andaluz su identidad no se basa en la negación de la identidad de otros territorios, al contrario se fundamenta en el apoyo y desarrollo de todos por igual, cada uno con su propia idiosincrasia y valores.
El 28 de febrero que hoy conmemoramos, Andalucía hizo historia en la construcción del Estado de las Autonomías sobre el que se asienta la Constitución Española. Durante demasiado tiempo, a Andalucía sólo se le ofreció desigualdad, abandono y marginación. Y aquel 28-F los andaluces decidimos coger en nuestras manos el destino de la Comunidad para intentar hacer realidad el sueño de una Andalucía más justa, más próspera, más solidaria y que pudiera integrarse en pie de igualdad entre las distintas regiones de España y de Europa. Es razonable hacer balance de estos años concluyendo que hemos avanzado, pero todavía nos queda mucha tarea por delante, y este debe ser un día que ha de servir también para la reflexión sobre el futuro que queremos para nuestra tierra.
El 28 F es un día para la celebración y, así ha sido siempre entre nosotros, para la alegría. Pero hoy quiero dirigirme especialmente a aquellos que, muy probablemente, no tengan muchos motivos para estar alegres. Llevamos ocho años de crisis económica en nuestro país y sus efectos, han hecho que las desigualdades hayan aumentado, y han provocado efectos dramáticos que se hacen ya insoportables para muchos andaluces y andaluzas. Muchas familias lo están pasando mal, viven en condiciones injustas, en la inseguridad sobre su propio futuro o el de sus hijos, víctimas de una crisis que no han causado.
El paro es el gran problema de la sociedad andaluza, con unas cifras jamás vistas hasta ahora y en donde la juventud es la gran perjudicada. Una juventud, la mejor formada de nuestra historia, que paradójicamente tiene las mayores dificultades para desarrollarse, prácticamente la mitad de ellos y ellas están en paro y con imposibilidad de acceder a la vivienda, por lo tanto con imposibilidad de desarrollar su proyecto vital de futuro. Pero ante esta grave situación de desempleo actual, no puede ni debe ser la solución la pérdida de derechos ni la pérdida del estado del bienestar conseguidos con tanto esfuerzo por la sociedad. Debemos al contrario desarrollar actuaciones imaginativas y sobre todo equitativas para superar estas circunstancias, de forma que el reparto de las cargas y costes de esta crisis esté repartida y no recaiga en los mismos de siempre.
Los conileños y conileñas, gente noble y trabajadora representa un magnífico paradigma de lo que es y ha sido tradicionalmente el pueblo andaluz, apegado a su tierra, luchando y trabajando sin descanso para salir adelante y superar cuantos contratiempos han surgido en este caminar lento y sinuoso, confiando en su carácter emprendedor, en su talento, en su voluntad y capacidad de respuesta ante los distintos estímulos, positivos unos, negativos los otros, para seguir creciendo y progresando. Un pueblo que a lo largo de su historia nunca se ha rendido frente a la opresión o a la adversidad, como tampoco lo hace ahora, cuando la situación de depresión económica y social es tan virulenta y cruel.
Hemos de avanzar hacia nuevas estructuras y modelos que pongan en valor nuestro capital humano, nuestros sectores productivos y asociativos, los valores que nos caracterizan, donde la actuación conjunta de los recursos públicos y privados permita crear un valor añadido que revierta en nuestra ciudad y favorezca la reconversión de aquellos sectores que más han sufrido el impacto de la crisis para que vuelvan a la senda del desarrollo. Andalucía y Conil, hoy como ayer, tienen magníficos recursos. Es nuestra responsabilidad dinamizarlos y rentabilizarlos.
Celebramos este Día de Andalucía a las puertas de una campaña electoral que posibilitará la renovación del Parlamento Andaluz y del Gobierno de la Junta de Andalucía. Un proceso en que una vez más la ciudadanía andaluza elegirá con su voto quienes son sus representantes y por consiguiente quienes han de dirigir el rumbo de nuestra Comunidad Autónoma. Un proceso que va a determinar por donde queremos caminar en los próximos años y que políticas se aplicarán, de ahí la importancia de estas elecciones. La desesperanza de la sociedad no debe propiciar la inhibición de la ciudadanía en el proceso electoral, al contrario debe ser un acicate para participar en el proceso electoral y hacer oír su voz más fuerte que nunca. Por otra parte las formaciones políticas que se presenten a las elecciones deben ofrecer de forma clara, nítida, comprometida y sin ambigüedades cuáles son sus propuestas para los nuevos tiempos. La política tiene sentido si es para las personas. Si la política no sirve para resolver los problemas reales de las personas, entonces no es una política útil.
Como decía Machado a través de Juan de Mairena, “nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura”. En efecto, no perder nunca el contacto con el suelo, con los conileños y conileñas con los andaluces y andaluzas, donde viven las personas, donde nacen los problemas y adonde debemos llevar las soluciones, poniendo en valor lo mucho que hemos avanzado, pero comprometiéndonos también a hacer las cosas mejor cada día. Esta, creo, debe ser nuestra apuesta diaria. Es la que debemos renovar
Quiero terminar este discurso con el convencimiento que tenemos futuro, que juntos como pueblo hemos sabido superar las dificultades que se nos han presentado. Que uniendo esfuerzos y trabajando conjuntamente, anteponiendo el interés general sobre los intereses particulares podremos conseguir vencer estos momentos de crisis y ganar un futuro esperanzador para nuestro pueblo.
Feliz Día de Andalucía.
VIVA ANDALUCIA LIBRE.
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