Andaluzas, andaluces
Cerca de dos millones de andaluzas y andaluces salieron a la calle el 4 de Diciembre de 1977 para reivindicar la Autonomía plena para Andalucía. En las calles y plazas de nuestra tierra resonó el clamor del pueblo andaluz, que manifestó su esperanza de que el acceso al autogobierno resolviera los problemas de nuestra tierra. Treinta y cinco años después, la situación por la que atraviesa nuestro pueblo nos vuelve a convocar a la lucha para afrontar los nuevos retos.
Nuestra tierra se encuentra en la periferia económica del capitalismo desarrollado, donde la crisis se está manifestando con mayor dureza y en la que los poderes económicos y financieros tienden a perpetuar el modelo económico existente sin atacar las causas reales y profundas de la crisis que padecemos.
Andalucía, con las políticas neoliberales aplicadas por sucesivos gobiernos ha acentuado el carácter dependiente y periférico de su economía, especializándose en actividades económicas de baja productividad y con baja capacidad de generación de rentas y de valor añadido.
La política presupuestaria, monetaria y de equilibrio financiero ahonda en los efectos de la crisis con la destrucción de empleo y un mayor deterioro de su economía. Se agravan los desequilibrios económicos de nuestra Comunidad, continua el déficit estructural de nuestra balanza comercial, se debilita nuestra economía, desciende la formación bruta de capital y se deprecia nuestro tejido productivo de forma asfixiante por las cadenas comerciales transnacionales.
Y es sobre todo en lo social donde la crisis ha mostrado su peor cara, con más de un un millón de parados, el 30% de la población andaluza en situación de pobreza y una sociedad hipotecada y sin futuro.
En lugar de caminar hacia un desarrollo más armónico, endógeno y equilibrado de la economía andaluza, vamos hacia todo lo contrario.
El gran objetivo que en estos momentos deben marcarse todos los gobiernos; Gobierno andaluz, las Diputaciones y los Ayuntamientos, consiste en abordar los dos problemas fundamentales que tiene Andalucía: recuperar un tejido productivo para crear empleo y poner fin al drama social que sufren millones de andaluces.
Para ello debe:
-Superar con voluntad firme la política monetarista europea que no favorece el desarrollo de las regiones pobres.
-Cambiar la política financiera que no favorece el desarrollo de los procesos productivos locales y hace imposible la creación de empleo.
-Dar batalla contra esta política, fracasada, y sin futuro, impuesta por el gran capital y las multinacionales a través de los gobiernos conservadores de Europa.
-Liderar la apuesta por una España solidaria, integradora y plurinacional, frente a los impulsos separatistas de importantes sectores de las comunidades más ricas.
Por todo esto, hoy 28 de febrero de 2013 los andaluces tenemos que :
PROCLAMAR la necesidad de cambiar esta dinámica y poner en acción otra política para que Andalucía salga de este pozo económico y social en el que se encuentra.
APELAR a la participación activa de los hombres y mujeres de Andalucía y de las organizaciones que los representan, porque solo así será posible el cambio que nuestra tierra reclama.
IMPULSAR un gran pacto económico y social para el crecimiento económico, la creación de empleo y el cambio de modelo productivo.
Este acuerdo económico y social amplio, imprescindible para salir de la crisis necesita el compromiso de todos para poner la base de una nueva política.
El gobierno de Andalucía tiene que intervenir en la economía, en el marco de la planificación democrática de la misma, para superar las deficiencias del mercado, con apuestas estratégicas, que respondan a la crisis de demanda en la que estamos inmersos; lograr la transformación del modelo productivo, crear una base industrial sólida que in vierta en I+D+i, desarrollar una política energética alternativa, propiciar un sistema financiero andaluz, conseguir un sistema educativo vinculando al sistema productivo y a la mejora de la formación profesional. Se trata, en definitiva, de poner en valor los artículos 156 y 157 de nuestros estatutos de autonomía.
La inversión y las leyes deben estar orientadas a relanzar la actividad económica en el ámbito territorial con nuevas estructuras productiva y a sustituir importaciones por tejido productivo propio y activar las potencialidades. Sólo así se sale de la crisis.
La política ha de orientarse, por tanto, a desactivar los factores exógenos que dificultan el desarrollo de la economía andaluza, impulsar los sectores estratégicos de nuestra economía, estimular el desarrollo y el comercio local. No se trata sólo de dinamizar la demanda interna, sino de desarrollar la industria, la agricultura y la agroindustria, el turismo sostenible y competitivo, las energías renovables, entre otros sectores estratégicos, superando las causas que impiden su desarrollo. Y todo ello acompañado de una revolución en la administración andaluza para que sea un instrumento útil al servicio de esta política. Este cambio de orientación en la política andaluza solamente será posible con la participación activa de los agentes económicos, de los trabajadores, de los consumidores, de sus gobiernos locales, del gobierno andaluz, en definitiva del pueblo andaluz.
Los ayuntamientos, las comarcas y diputaciones tienen que desarrollar esta política, uniendo desde abajo el tejido productivo, sumando voluntades, preparando al pueblo para esta apasionante batalla para ganar una ANDALUCÍA más autónoma, prospera y solidaria.
!Viva Andalucía libre!