jueves, 4 de junio de 2015

“CONIL Y LAS ALMADRABAS EN EL SIGLOXIX. Bicentenario de la Compañía almadrabera de Conil (1815-1817)”

La Nave de la Sal de la Chanca, lugar emblemático para la historia de Conil y su relación con el atún, ha sido el lugar  donde realizamos la presentación del libro “CONIL Y LAS ALMADRABAS EN EL SIGLOXIX. Bicentenario de la Compañía almadrabera de Conil (1815-1817)” editado con motivo de la celebración de la XIX Ruta del Atún, y escrito por el historiador Antonio Santos García.
Aqui os dejo el prólogo que he tenido el privilegio de redactar: 
Decía Helmut Kohl que “un pueblo que no conoce su historia no puede comprender el presente ni construir el porvenir”. Y no hay duda que la de Conil está ligada a las almadrabas, su organización, explotación, crisis o auge… incluso a sus construcciones y oficios. Y por supuesto a sus conflictos.
En este libro Antonio Santos, que tan bien conoce esa historia, nos acerca al siglo que tal vez concentra el mayor número de cambios y vicisitudes en ese recorrido histórico y social de la explotación de las pesquerías de atún rojo en nuestra localidad: el fin de los señoríos  y privilegios de la pesca del atún por parte del Duque, la situación de la explotación durante la Guerra de la Independencia, la Compañía Almadrabera de Conil, ya gestionada por pequeños armadores y pescadores locales, y el paso de la almadraba de tiro a la de buche, por razones más económicas que sociales. Pero sobre todo, nos acercaremos a la historia social de Conil, la de la lucha contra los señoríos y privilegios, por el derecho de los pescadores de Conil a explotar estas pesquerías mediante la almadraba de tiro. Podremos conocer su organización, su apoyo por parte del primer Ayuntamiento Constitucional de Conil, que intentó defender a los pescadores de la oligarquía económica que venía en la práctica a sustituir a los extintos señoríos. Conil, el pueblo de Conil, lideró esa resistencia. Tras él, una lucha social por sus tradiciones, puestos de trabajo, explotación sostenible de los recursos evitando que los intereses económicos supusieran mejor argumento que los intereses sociales. Unos hechos históricos que nos dan aún más sentido como pueblo que lucha por el bien común. Una historia que aun hoy no nos es ajena. Una historia que debemos conocer y ante la que reflejarnos. Y este libro nos permite hacerlo.
En Conil nos sentimos orgullosos y orgullosas de esa historia de reivindicaciones, esos relatos que nos recuerdan que es el pueblo, y no los intereses económicos de gentes ajenas a él, el que debe protagonizar su desarrollo. Y porque debemos conocer la historia, entender el presente y construir el porvenir, es por lo que nos hemos comprometido, desde el Ayuntamiento, a recuperar espacios y recuerdos que nos han configurado como población. Espacios que son devueltos a los ciudadanos y ciudadanas como  la Torre de Guzmán, Santa Catalina o la Chanca, tan ligados a la historia de las pesquerías de atún y que se encontraban en manos privadas… directas al olvido. Defensa de las almadrabas como forma de explotación. Y recuerdos de la historia, documentada gracias a libros como este.
No quiero terminar sin reivindicar, una vez más, como en Conil lo hemos hecho siempre, y este libro lo atestigua, que la almadraba debe ser defendida como arte de pesca sostenible, que los puestos de trabajo que genera, muchos más que  en otros artes de pesca más depredadores de la especie, deben ser garantizados, y sobre todo, que cuando un pueblo está tan ligado a una actividad como Conil lo está a la almadraba…es la propia historia del pueblo la que sale en su defensa cuando es amenazada. El pueblo de Conil siempre defendió su almadraba. Y como decía Salvador allende, “la Historia es nuestra y la hacen los pueblos”.

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