Hoy es el día de todos los andaluces y andaluzas. Y lo celebramos, sin ningún tipo de dudas, ya que la historia nos da derecho a hacerlo. Tan realista resulta festejar lo que simboliza nuestro día, como reconocer la dura situación económica y social que sufrimos. Hoy es nuestro día. No uno más. Para lo bueno y para lo malo, es un día especial.
Los andaluces y andaluzas lo conmemoramos a nuestro modo. Lo hacemos, con nuestra forma de entender la vida, tan callada como extrovertida. Lo hacemos con la alegría posible en estos momentos, que es la precisa.
Los andaluces y andaluzas tenemos la obligación de dar año tras año sentido a la efeméride, potenciarla y vivirla con dignidad, como merece nuestra tierra y sus gentes, porque como todos sabemos costó mucho conseguirlo.
Cada 28 de febrero, nos detenemos y miramos hacia atrás, reconociendo el legado de nuestros mayores, y, a la par, nos asomamos al futuro con la esperanza de mejorarlo. Los pueblos necesitan reconocerse, valorarse y recordar de lo que fueron capaces, para afrontar las dificultades del presente.
Las preocupaciones son más que las alegrías en el ánimo de todos los andaluces. Por eso, a sus representantes nos sigue tocando la tarea de trabajar sin desmayo, sin particularismos, por el interés general, y mostrando nuestra máxima solidaridad con los que sufren las consecuencias de esta crisis económica y social.
La decisión de los andaluces mostró nítidamente cuál era la vía de futuro que deseábamos para nuestra tierra, tras un siglo esperando el momento de decidir. Y lo evidenció en tres momentos incuestionables:
El primero de ellos fue el 4 de Diciembre de 1977 en el que cerca de dos millones de andaluzas y andaluces salieron a la calle para reivindicar la Autonomía plena para Andalucía. En las calles y plazas de nuestra tierra resonó el clamor del pueblo andaluz, que manifestó su esperanza de que el acceso al autogobierno resolviera los problemas de nuestra tierra.
El segundo momento de vital importancia para Andalucía fue el 28 de febrero de 1980 en el que la mayoría de los andaluces decidieron en referéndum que Andalucía debía tener autonomía plena, a través del artículo 151 de la constitución española.
Y el tercer momento decisivo llega en diciembre de 1981 cuando nos dotamos de un estatuto de autonomía que se reformó en el año 2007 y que recoge artículos tan importantes como el 156 que dice que: “Toda la riqueza de la Comunidad Autónoma, en sus distintas formas y manifestaciones, y sea cual fuere su titularidad, está subordinada al interés general” y que nos habla también dicho estatuto del derecho a una vivienda digna, del derecho a la educación, a la sanidad, al pleno empleo, de la renta básica, para que nadie quede en situación de desamparo, etc, etc. Sin embargo, estos derechos que se recogen en el estatuto de autonomía de Andalucía, que es el que debe dirigir la acción de gobierno, se está viendo atacado por las políticas neoliberales practicada en los últimos años de nuestra historia y que perjudican notablemente a la mayoría social.
Un estatuto de autonomía que como ciudadanos y andaluces tenemos, por un lado, que defender para que no perdamos los derechos conquistados hace años a través de la lucha de las clases obreras, y por otro lado, seguir trabajando para dar cumplimiento a los grandes objetivos marcados en el mismo. Por estos motivos, hoy es un día de celebración pero también de reivindicación de los derechos que recoge nuestro estatuto, y por estos motivos esta mañana en Sevilla se ha llevado a cabo una manifestación en la que han participado muchos conileños y conileñas con el fin de reivindicar la pérdida de derechos sociales, manifestándose en defensa de la sanidad pública, de la educación, del derecho de las mujeres, del derecho a unas pensiones dignas, por el empleo, etc y en definitiva en contra de todas aquellas políticas que perjudican nuestra tierra.
El gran objetivo que en estos momentos deben marcarse todos los gobiernos; Gobierno andaluz, las Diputaciones y los Ayuntamientos, consiste en abordar los dos problemas fundamentales que tiene Andalucía: recuperar un tejido productivo para crear empleo y poner fin al drama social que sufren millones de andaluces.
Para ello debe:
-Superar con voluntad firme la política monetarista europea que no favorece el desarrollo de las regiones pobres.
-Cambiar la política financiera que no favorece el desarrollo de los procesos productivos locales y hace imposible la creación de empleo.
-Dar batalla contra esta política, fracasada, y sin futuro, impuesta por el gran capital y las multinacionales a través de los gobiernos conservadores de Europa.
-Liderar la apuesta por una España solidaria, integradora y plurinacional, frente a los impulsos separatistas de importantes sectores de las comunidades más ricas.
Por todo esto, hoy 28 de febrero de 2014 los andaluces tenemos que :
PROCLAMAR la necesidad de poner en marcha medidas y reformas para que Andalucía salga de este pozo económico y social en el que se encuentra.
APELAR a la participación activa de los hombres y mujeres de Andalucía y de las organizaciones que los representan, porque solo así será posible el cambio que nuestra tierra reclama.
IMPULSAR un gran pacto económico y social para el crecimiento económico, la creación de empleo y el cambio de modelo productivo.
Este acuerdo económico y social amplio, imprescindible para salir de la crisis necesita el compromiso de todos y todas para poner la base de una nueva política. Este cambio de orientación en la política andaluza solamente será posible con la participación activa de los agentes económicos, de los trabajadores, de los consumidores, de sus gobiernos locales, del gobierno andaluz, en definitiva del pueblo andaluz.
Los ayuntamientos, las mancomunidades y diputaciones tienen que desarrollar esta política, uniendo desde abajo el tejido productivo, sumando voluntades, preparando al pueblo para esta apasionante batalla para ganar una ANDALUCÍA más autónoma, prospera y solidaria.
Para terminar voy a leer una poesía de Luis Cernuda:
EL ANDALUZ
Sombra hecha de luz,
que templando repele,
es fuego con nieve
el andaluz.
Enigma al trasluz,
pues va entre gente solo,
es amor con odio
el andaluz.
Oh hermano mío, tú.
Dios, que te crea,
será quién comprenda
al andaluz.
En esta poesía se define al andaluz como: “sombra hecha de luz”, “fuego con nieve”, “enigma al trasluz”. Todo ese misterio dual que aúna la alegría y el llanto, que le hace al andaluz ser capaz, en un día como hoy, de salir ahí fuera y desde la profundidad de su congoja, gritar al viento que sigue más vivo que nunca, y esbozar una sonrisa compartida... siempre compartida.
Muchas gracias.
¡VIVA ANDALUCÍA!
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